domingo, 31 de enero de 2016

Cepsiblog: La Psicoterapia Bioenergética

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domingo, 10 de enero de 2016

Reflexión sobre la situación actual Catalunya – España.

Reflexión sobre la situación actual Catalunya – España.

Esta mañana he despertado con la sensación y sentimiento de salir de un sueño ... ajeno, anacrónico.

Siguiendo el hilo de la sensación he recordado a mi abuelo materno; murió a fines de la década de los 70. Se sentía sometido, hermético, fuera de su mundo; en un mundo que le habían impuesto con el franquismo. El sentía y vivió en su juventud la fiebre del catalanismo independista. Era de "Estat Catala", fue militante del mismo y formo parte del cuerpo de policía secreta de la república en Barcelona de la república.
Entiendo que su pasión estuvo justificada. Era hijo del proletariado de la etapa de la industrialización de Cataluña y Barcelona,pero en vez de integrarse en la actividad sindical de la época (CNT, UGT) lo hizo en el terreno más moderado nacionalista.
Participó en las jornadas de la Semana Trágica (julio 1909) cuando era un muchacho, de allí le vino la vena totalmente anticlerical y atea. Había vivido las consecuencias de una monarquía, una república y la dictadura de Primo de Rivera en una sucesión rápida de pocos años. Se estaba dando la época del pistolerismo entre sindicalistas y las fuerzas del poder. El poder procedía de Madrid en todas sus formas y con inestabilidad. Estaba muy reciente en la memoria el sometimiento forzoso y bajo amenaza militar de Cataluña. No es de extrañar que en el imaginario estuviera presente la idea de la secesión de España.
Con la creación de la 2ª República se produjo el golpe militar de Franco y con la guerra se presentó la oportunidad de una Cataluña independiente con Lluis Companys. A la guerra civil le sucedió la dictadura de Franco en los 40 años siguientes.

Esta ideología de mi abuelo era la propia de hace 100 años aproximadamente. Veo también que se reactualiza en estos últimos años. Si la hay independentista en Cataluña tiene que ver con la autoritaria en España. Se produce un reflejo de menor intensidad del trauma de esa generación.

Considero que la llamada transición resultó del todo incompleta. Se produjo la primera fase y resultó de ella la actual constitución. A partir de aquí las fuerzas políticas que debían ser portavoces de la diversidad de población de España se acomodaron y amedrentaron de continuarla. La amnistía era necesaria, pero insuficiente. Debería haberse realizado una re-fraternización de los pueblos y mostrarse gestos del poder político a pesar de las sombras sangrientas de ETA; deberían haberse enterrado dignamente a las víctimas ejecutadas y asesinadas durante la dictadura. Hubiera resultado un sentimiento de conciliación y fomento de la fraternidad en manos sensibles y hábiles. En lugar de ello nuestros dirigentes en sucesión de alternancia iban asentando una clase política distante de la ciudadanía, creando las bases de una ideología de poder-economía generadora de corrupción. Y todo esto ha estallado.
En estas Cuatro décadas (1970-2010) se ha perdido la oportunidad grandiosa de contribuir a algo enriquecedor y humano. En su lugar se ha regresado al reflejo de lo oscuro de nuestra historia.

Hasta hace algunos años tenía la sensación de que estábamos dramatizando una edición más de una especie de huella Kármica entre España y Cataluña; pero ahora creo que se trata de un trauma devenido en sistémico que ya afectó a esta generación que era adulta en el inicio de la guerra civil.
Es posible que el trauma se originara dos siglos antes (1714), aflorara en la generación de mi abuelo y ha permanecido latente otra vez a lo largo de una o dos generaciones, emergiendo cuando las condiciones, de alguna manera, asemejan o recuerdan a aquellas pretéritas.

Aunque la situación es muy distinta y las reacciones sean mucho más dialogantes, la confrontación se está dando y cualquiera que sea su resolución volverá a incidir en la insatisfacción nuevamente sistémica.
Se me ocurre que podría ser interesante realizar algo así como una constelación dirigida a la relación concreta de Cataluña y España. El resultado lo imagino muy esclarecedor.

Si de una vez no resolvemos este trauma sistémico mucho me temo que la resolución de nuestro acontecer histórico será igualmente insatisfactorio. Y lo que vale en la relación Cataluña-España también debe extenderse a otras autonomías históricas.
El primer eslabón de ruptura puede ser Cataluña, el segundo probablemente sea el País Vasco y las consecuencias que pueda acarrear.

¿Hay que desmembrarse para adquirir consciencia de que unidos fraternalmente podemos tener altos logros? ¿Cuántas generaciones son necesarias antes de comprender que una solución federal es la más satisfactoria, lógica y fraterna conclusión?
Entretanto perdemos un tiempo precioso sumergiéndonos en conflictos y pugnas que afectarán a una o dos generaciones más.

Espero que alguna de estas nuevas generaciones sean capaces de resolver el trauma y generar lo que tod@s nos merecemos de una vez en armonía sistémica, divisando un hermoso horizonte diverso y fraterno.



Ernesto.